Dña.Manolita vs. Reyes Magos.

 
Volviendo para casa, encontré una larga cola en la admin. de loterías "Doña Manolita", supongo que provocada, en este caso, por el inminente sorteo del niño.
Me detuve tres minutos para observar la situación: hasta donde alcanzaba mi vista, llegue a contar unas 90 personas (continuaba rodeando la manzana). Fila de uno mohína, rota excepcionalmente por alguna pareja;  una media de edad que rondaba los 45-50; espera paciente; algún que otro complemento: periódicos, móviles, pero lo que más, miradas vacías y silencio, mucho silencio. El destino de toda esta gente, será pasar por caja.
100 metros más arriba, encontré esta otra imagen:
Se trataba de otra cola,  eso sí, mucho más reducida: eran los mismísmos Reyes Magos, muy cerca de Callao. Un tipo de espera completamente diferente: alegre, bulliciosa, desordenada, cargada de ilusión, impaciente... la media de edad, escasamente superaraba los 20 años. ¿Complementos?: algunos carros, muñecos, y cartas llenas de deseos. 

El caso es que la calle, me ha regalado una master class sobre cómo la ilusión, es capaz de movilizar a las personas. Dice el diccionario que la ilusión, es sólo eso: "una esperanza que carece de fundamento en la realidad"; por ello, si hoy tuviera que elegir una: me quedaría con la ingenua, esa que es gratís, relativamente factible y que no depende de sorteo alguno.

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